lunes, 8 de septiembre de 2014

Perú I: Cajamarca, Amazonas, La Libertad, Ancash ...

   (S.Ignacio, Bellavista, Bagua Grande, Pedro Ruiz, Leymebamba, Chacanto, Celendín, Cajamarca, Cajabamba, Huamachuco, Cachicadán, Mollepata, Llapo, Yuracmarca, Caraz, Huaraz: 1.280 km. Acumulado: 15533 Km.)

   Balsas es la menos transitada de las fronteras que comparten Ecuador y Perú, y no es de extrañar. El nombre le viene del medio que antaño era utilizado para salvar el Río Canchis. Del lado ecuatoriano hay unas rampas, a menudo llenas de un pegajoso barro, que rozan la insensatez y ponen a prueba la paciencia. No quiero imaginarme hace unas pocas décadas.

   Y aunque no siempre fue así, las relaciones hoy son tan “buena onda” que pudimos montar las tiendas e ir a cenar cruzando el puente a los garitos que hay al otro lado, sin trámite alguno, eso quedaría para el siguiente día.

   Nos pareció de entrada un país más pobre que su vecino del norte, y la campaña electoral (de dos meses y medio de duración) no ayuda en la valoración. Pintadas, Carteles, Megafonía, Banderitas… propicia un ambiente que se me antoja chabacano. Para nuestra suerte, la carretera está recién asfaltada hasta San Ignacio. Allí nos dimos un par de días de merecido descanso y es cuando Ali decide dejarlo. No acaba de agarrar el punto de forma necesario para rodar lo que viene por delante, 3 meses de sube y baja con pasos a más de 4000 metros, el Altiplano Boliviano, el Desierto de Atacama, la Ruta 40 Argentina, la Carretera Austral Chilena... pero aun así me acompañaría unos días más.

   Seguimos rodando con clima Amazónico, y prueba de ello son los arrozales que se asientan a orillas del Chinchipe, así que de momento no nos libramos del calor ni de los mosquitos. Decidimos cruzar el Marañón en barca y evitar Jaén, Ahorramos kilómetros y una ciudad nada interesante. Una vez en Bagua Grande, reorganizamos el equipaje y Ali se despide subiéndose ella y su negra a un autobús.

   Pero a esto se juega así, y con la extraña sensación que supone rodar solo tras hacerlo en su compañía el último año y medio, y con las ganas intactas de seguir descubriendo que depara la próxima curva, voy remontando el Utcubamba hacia la zona donde habitaron los Chachapoyas, que aunque coetáneos de los Incas son anteriores a estos unos 500 años.

   En Leymebamba se exhiben las 230 Momias de esta Cultura, recuperadas hacia los 90 de la Laguna de los Cóndores. El tinglado se financió con fondos austriacos y se utilizaron mulas y más de dos meses y medio para transportarlas, cuando  en cualquier helicóptero, del Ejército por ejemplo, se hubiera tardado una mañana… No será la primera vez que me percate de que, tanto si hay negocio o no en la cuestión, son los de fuera los que hacen más que los de dentro. Poco antes había visto un cartelito de la Campaña que rezaba “Nuestro pasado arqueológico tiene futuro, y bla, bla bla…”…

   Y desde aquí al Calla Calla con sus 3.600 metros para caer hasta los 860 y cruzar por segunda vez el Marañón, todo en el mismo día. Para ganarle la partida al sol, sorprendo al siguiente amanecer remontando los 2.200 que tocan para esa jornada…

   Dos días después y atravesando una tierra rojiza llego a Cajamarca, que ya era un importante centro poblado en la época Incaica. Aquí le echaron el guante a Atahualpa…

   Rodando a ratos en estos días con los Bürkis, llegamos juntos a Huamachuco, que resulta estar asentada sobre oro… lo adivinan?,  de la extracción se encargan compañías canadienses. Los vertidos quedan en los ríos peruanos. Tomando unas fotos desde la carretera a una de estas minas se me acerca alguien de seguridad y me increpa con un seco:
- “No está permitido hacer fotos…!”
- Relájate Wey (me salió en mexicano). Si no quieres que tome fotos levanta un muro. Fotografío lo que está a la vista, o acaso piensas que voy a robar tu oro?. Preocúpate por lo que cargan esos camiones, es tuyo y de tus hijos…

   Lo cierto es que me sorprendí a mí mismo. Muy rara vez entro al trapo, pero esta vez el tipo me tocó la moral.

   Para salir de la Ciudad nos acompaña un jovencito Franciscano de 65 años, el Padre Miguel, que nos había acogido la noche pasada. Un mallorquín que se enamoró sin saberlo del Perú. Deportista nato, nos hace de liebre mientras lentamente vamos remontando hasta los 4.100 metros. El desayuno incluía sobrasada mallorquina, así que el éxito de la subida estaba asegurado.

   Logrado nuestro primer 4000 en bici y protegidos por la Cordillera Negra, nos adentramos en la puna por una pista de tierra pedregosa a gestionar con tiento, que casi 400 kilómetros después me permite alcanzar el Cañón del Pato. 6 días uniendo collados con pequeños pueblos donde la vida transita a pie, al cuidado de las chacras, el ganado, o del trozo de tierra que da de comer …

   El Cañón del Pato lo forma el Río Santa, que como un guerrero despiadado, cercena la tierra separando la Cordillera Negra de la Blanca. Sus paredes se elevan hasta los 5000 metros… 46 túneles se abrieron en el granito cuando a alguien se le ocurrió trazar por aquí el recorrido de un tren, dejando para nuestro disfrute una impresionante obra civil.

   Continúo remontando el Callejón de Huaylas, Caraz, Carhuaz y Huaraz a donde llego para darme un respiro, conectar con el mundo y disfrutar de una relajada y fría cerveza sin tener que madrugar al día siguiente.

   Hasta aquí lo acontecido en estos últimos 1000 y pico kilómetros. Perú promete, no se lo pierdan!





Retozando sobre granos de café.




Casa Parroquial de San Ignacio.


Bajando a la Selva ...


El Canchis.



Arrozales a orillas del Canchis.








Cruzando el Marañón ...
Cuando el barquero nos dijo que si se paraba el motor llegaríamos al Amazonas en una semana, Ali agarró el remo y no quiso soltarlo!




Elecciones. Los asesores de la Campaña no tienen parangón ...


Servilismo puro y duro, como si no fuera su obligación ...


Nueva disposición en solitario, 4 alforjas grandes.


Por si alguien estuviera interesado ... 

Remontando el Utcubamba.




Leymebamba, con una iglesia que bien podría situarse en cualquier pueblo de nuestro país. 

 Artesana en el telar.


Cultura Chachapoyas ...


Obviamente esta momia es una réplica, las originales se guardan en ambiente refrigerado. 






Calla, Calla, que empieza lo bueno ... 
Bajada de casi 3000 metros en busca del Marañón. 





El Marañón (por segunda vez). 

Remontando los 2200 metros al día siguiente.


La escala de los Andes. ¿Puedes ver un camión de color azul?.

Otra perspectiva. 

Tras 7 horas de pedaleo aquí dormí como un lirón!

Amanece ... 



Puerta de salida ... 


El adobe como materia prima.








Cazador cazado ... 


Con los Bürkis, excelente compañía ... 



Piesitos de 8 años.


Entrando a Huamachuco. 

Mina de oro. 

Ignacia hila mientras pastorea a sus guachos (corderos). 

Por la puna a 4000 metros...

Cordillera Negra. 

Camposanto en el cruce de caminos.


Y el baño?, ahisito... 

Chacras.

Vamos a las fiestas de Angasmarca ... 





Prueba irrefutable de que los Incas tenían relación con otros seres ...






El cancerbero del pueblo. 

Tienditas donde hallar lo básico.





Uups! Cuidadín!. 


Mollepata. 


Yo, mi, me, conmigo ... 


Carreteras cocinadas a fuego lento, acomodadas al relieve. 




Contra el sol andino ...




Pallasca. 

En Huandoval, por gentileza del Sr.Alcalde. 

Debo sentirme más seguro, supongo. 

Tauca. 



Reliquias en adobe aún en pie.




El Huascarán con sus 6770 msnm. 

Te gustan las carreteras con caderas?







 












 Camposanto.


El Cañón del Pato ...











A las puertas del Banco de la Nación, esperando su paga mensual.






















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