lunes, 12 de mayo de 2014

En dique seco ...

   Las carreteras mejicanas están, hasta niveles irracionales, repletas de lo que aquí se conoce como "topes", reductores de velocidad. Sobreelevaciones añadidas al asfalto de todos los colores, formas y tamaños que con resignación vamos cabalgando los que rodamos por ellas.

   El caso es que no vi uno, de tamaño ridículo pero suficiente para hacer que perdiera ese equilibrio tan necesario en el mundo de las dos ruedas y acabar por el suelo ...

   Resultado: Quemaduras en codo, cadera y rodilla y, clavícula astillada que se fractura ella solita dos dias después ...

   Tras visitar el Hospital de San Cristóbal de las Casas, ya en el estado de Chiapas, decidimos que la mejor opción era abrir y colocar una placa a lo largo del hueso, con lo que ganaría en rigidez y se acortaría sustancialmente el tiempo de recuperación... lo que no sabíamos era que su caos organizativo iba a dilatar la intervención quirúrgica algo más de ¡tres semanas!

   Lograda esa intervención, lo que resta es un período de reposo de 6 a 8 semanas, que unidas a las 3 anteriores suman casi 3 meses de parón forzoso.

   Esto nos obligará a replantear el desarrollo del viaje, seguramente saltándonos Centroamérica, en plena estación de lluvias, y reapareciendo en Colombia o Ecuador ...





    Pero esto no son más que gajes del oficio, ¡y que dure este oficio en el que estamos!. Eso sí, la moral sigue como el primer día, intacta. 

   Ahora que ya puedo empezar a mover el brazo izquierdo después de un mes inmovilizado, y teclear,  y acometer algunos menesteres más, en unos días publicaré lo que ha acontecido desde Oaxaca hasta aquí.

   Hasta entonces un abrazo grande a tod@s!