domingo, 4 de agosto de 2013

Canadá (II), la Stewart Cassiar Hwy ...

(Watson Lake, Dease Lake, Kitwanga: 748 km. Acumulado: 5896 km.)

   Tras pasar unos días en Watson Lake con los Drury, habiéndonos iniciado Susan en la observación de pájaros y Barry en las hamburguesas de caribú, 

   



a por la 37, la Cassiar, nos lanzamos una calurosa mañana para bajar del tirón un buen trecho hacia al sur, 550 km en línea recta, 730 km sobre ella.




   Los que se plantearon esta carretera en su momento, además de construirla a retazos, se limitaron a abrir un tajo a través de la floresta intentando tener en cuenta el relieve, alfombrándolo inicialmente en tierra y añadiendo con el tiempo negro asfalto. Unieron así explotaciones mineras y madereras, asentamientos indígenas, campamentos de pesca de verano..., para en la actualidad irla retocando tímidamente aquí y allá, sin variar ni un ápice el perfil.







   Atraviesa un territorio plagado de lagos donde abunda la pesca y la caza. Se han ido instalando alojamientos para albergar a los que se vienen hasta aquí para ejercerla, amén de canoistas, kayakistas, senderistas ...





   También dos cadenas montañosas, La Cassiar y La Skeena. El más alto de sus pasos es el Gnat Pass con 1.241 m.s.n.m.. Pero a estas alturas ya sabemos que lo importante no es cuanto se sube, sino como se sube, y sin ser demasiado exigente, la carreterita tiene sus momentos.





   Son 750 km sin apenas asentamientos, con un par de supermercados pequeños, y algunas gasolineras, donde poder hacer acopio de algo esencial para los que nos movemos de manera autosuficiente cargando alforjas en nuestras bicis, comida y gasolina para cocinarla en el hornillo.
   Los días grises y con ellos la lluvia, nos acompañaron algo más de la mitad del trayecto. Quiso la fortuna que al final de lo que había sido un laaargo día en el que pudimos leer el número 115 en nuestro cuentakilómetros, habiendo alcanzado por entonces Dease Lake y buscando como primera opción un sitio cubierto en el que pasar la noche, que el miserable que nos negó un cobijo en su camping para autocaravanas que estaba prácticamente vacío, con un desagradable "No tent!", nos permitiera conocer a Cathy, una mujer toda corazón, risueña y llena de vitalidad, quien tardó 2 minutos en ofrecernos cama, ducha, y quedarnos el tiempo que necesitáramos ... De su mano probamos una tarta de frambuesa ..., mmmm!!!!
   Al día siguiente la ayudamos en la tarea (y el arte) de ahumar (y dar buena cuenta de ellos) salmones capturados por los indios de la región, en una zona próxima que lleva por nombre Telegraph Creek. No me digan que no suena a recóndito y aventurero, a tramperos, vendedores de pieles y a Jeremiah Johnson. Lo cierto es que estaban ..., no sé muy bien como decirlo. Si lo que nos venden en el supermercado de al lado de casa como salmón es realmente ese pez, entonces éstos que probamos eran otra cosa, porque el color, la textura y el sabor no coinciden ni por asomo. El día que dijimos adiós a Cathy, nos obsequió con una bolsita que albergaba varios trozos de ellos, casi lloramos el día que se nos acabó ... 







  

   Completada la Cassiar y con el trecho ganado al ecuador, notamos para nuestro gozo que el número de mosquitos ha descendido en picado (también porque el verano avanza), que el calor cuando se muestra es poderoso, y hemos recuperado algo que no veíamos desde que dejamos Europa hace más de dos meses, la noche y con ella las estrellas, con una luz que raya, no sé bien si la ostentación o la vanidad, incrustadas en un cielo limpio como el alma de un niño, que cubre esta porción de mundo ajena a la contaminación lumínica.
    De momento solo tenemos poco más de dos horas de oscuridad total, pero sabemos que la partida está ganada, y solo es cuestión de tiempo y sur.

   Y les dejo algunas imágenes más de lo que aconteció a nuestro paso por este pasillo ganado a las montañas.


   En los Territorios del Norte, simpatizamos con la Resistencia, quienes nos adiestraron en técnicas para combatir al enemigo ..., los Charlis.
Aquí, las dos modalidades básicas de lucha. 

 Momentos antes de adentrarnos en zona enemiga.

La Resistencia.


   El firme de varios de los puentes que hemos ido atravesando en lo que llevamos de continente, están hechos de rejilla Algunos son "divertidos" de atravesar ...




   Vadeamos 3 ó 4 ríos importantes en tamaño, con una caída significativa de desnivel a ambos lados de la ribera ..., ya saben primero se baja, luego se sube (con sudor y acordándote del que diseñó la subidita). 



   Ésto es lo que te puedes ir encontrando por las cunetas ..., con ustedes algunas de las hermanas de la familia Berries.
Strawberries. 

Raspberries.

Blueberries.


Según parece, una de las mejores piedras de Jade del mundo se extrae de esta zona.


Días Grises ...








   En Kitwanga conocimos a Paul y a Julie, que nos volvieron a dar una lección de hospitalidad y amistad..., llevamos ya muchas en este viaje!. El mundo está lleno de "buena gente".

De pateo con Paul y Buddy por el Black Sister Trail.


Compañeros del Pedal ...
Aurelie y Laiko.
Suecos en viaje de Colombia a Alaska por un año.
Nos preguntaron si habían muchos mosquitos más al norte ...


Steve.
Un inglés dando la vuelta al mundo.
Venía de Ushuaia.
Desde Anchorage volaba a Japón ...
Su e-sitio.





4 jovencitas estadounidenses. 
Desde Carcross a Prince George, algo más de 1.300 km.
La sonrisa en sus caras a lomos de sus bicicletas no tenían parangón.


Brendan y Natalie.
Hermanos estadounidenses.
Desde Anchorage al norte de California, por la Costa del Pacífico.
Con ellos compartimos día y medio en el Campground de Kitwanga.
Nos chivamos algunos sitios que no podíamos perdernos. 


Sandra y Adeline.
Dos suizas con 6 meses de los que ya habían gastado dos, nos decían apenadas.
Salieron de Anchorage y posiblemente volvamos a coincidir en San Diego o Tijuana dentro de unos meses.
Su e-sitio.


   Y hasta aquí lo vivido. 
   Brindamos con una cervecita fresquita para los que están pasando un caluroso verano y con un cafecito (o mate) calentito, para los que estén inmersos en el inviernos, allá en el sur. Salud!









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